lunes, 10 de marzo de 2014

Steve McQueen y el drama humano.

12 AÑOS DE ESCLAVITUD

FICHA TÉCNICA
Director: Steve McQueen
Guión: John Ridley (Biografía de Solomon Northup)
Música: Hans Zimmer
Fotografía: Sean Bobbit
Reparto: Chiwetel Ejiofor, Michael Fassbender, Lupita Nyong'o, Benedict Cumberbatch, Paul Dano, Paul Giamatti, Sarah Paulson, Brad Pitt, Michael K. Williams, Alfre Woodard

El director británico Steve McQueen da el salto a Hollywood con su tercer largometraje, llegando en los recientemente celebrados Premios Oscar a alzarse con el premio a Mejor Película. Si este premio es merecido o no, es algo que no vamos a analizar, lo que sí es de comentar es que el bueno de McQueen mantiene su estilo en este tercer largometraje. Un estilo caracterizado por una dirección que aboga por los planos de larga duración, siendo destacable el uso del plano-secuencia que viene haciendo en su cine, los estéticos encuadres, con una fotografía muy particular, tal vez propiciada por su director de fotografía habitual Sean Bobitt. Nuevamente, el director nos cuenta una historia de gran crudeza, si bien en su primer largometraje, Hunger, era la historia de un preso del IRA que se ponía en huelga de hambre hasta llegar al fatal desenlace; en su segunda película, titulada Shame, nos cuenta otra forma de prisión, la prisión psicológica que padece un joven apuesto y adinerado de la ciudad de Nueva York, prisión psicológica por padecer una gran adicción al sexo, la cual conforme avanza el film, lejos de disminuir va en aumento; en esta tercera película es otra especie de prisión la que machaca al protagonista, la de la esclavitud, siendo sometido a torturas y trabajos en una plantación de algodón en el sur de los Estados Unidos.

Cabe mencionar, que si en sus dos anteriores films el protagonista era el actor Michael Fassbender, que realizaba unas actuaciones de un grandísimo nivel; en 12 Años de Esclavitud, el protagonismo es de Chiwetel Ejiofor, pasando el anteriormente mencionado actor germano-irlandés a realizar un papel secundario en el film; aunque no por ello de menor calidad, si bien el papel de Ejiofor puede ser el mejor de su carrera o uno de los mejores, cabe destacar la labor de Fassbender, quien se come la pantalla en las escenas en las que aparece, junto a la joven Lupita N’yongo, cuya interpretación de la joven esclava por la que el déspota señor siente algo más que cariño, es de elogiar. En el resto del elenco destacan Benedict Cumberbatch, quien aunque no posee un papel en el que pueda explayarse demasiado, se ha situado como un gran actor con sus trabajos y en este film se mantiene más que correcto, causando simpatía en el espectador; por otra parte Paul Dano, que goza de pocos minutos, pero lleva al extremo a su personaje, su labor es buena, pero su interpretación es similar a otras que ya ha realizado anteriormente con mayor protagonismo, recuérdese There Will Be Blood de Paul Thomas Anderson. La mujer del personaje de Fassbender, se muestra fría, en un papel en el que encaja muy bien, siendo ella la culpable de los mayores arrebatos de furia del tiránico negrero. Otras apariciones que debemos comentar son las de Paul Giamatti, el actor italoamericano es quien encarna al encargado de vender a Solomon al Sr. Ford, un papel demasiado escueto para un actor de su talla; Michael K. Williams que interpreta al negro que asesinan en el barco y, como no, Brad Pitt, productor de la película que se reserva un pequeño papel, a mi juicio uno de los pocos fallos de la película. Cuando el personaje de Brad Pitt tiene su primera escena suelta una perorata anti-esclavitud demasiado obvia, no me encaja con el tono de la película que durante el resto del metraje se dedica a mostrarla sin discurso obvio ninguno, con gran realismo y crudeza, por lo que este discurso hace que la escena se convierta en un spot propagandístico contra la esclavitud. Sobra esa escena, no es necesaria, cualquier persona en su sano juicio es consciente de la lacra que la esclavitud es, pero aquí viene la pregunta: Sin esa escena con ese discurso, ¿se habría llevado la película el Oscar a la Mejor Película? Podemos debatir al respecto.

Por otro lado, otra cosa que me falla de la película es el final, bien es verdad que está basada en una historia real y todo eso, pero considero que mostrar el reencuentro con su familia no hace otra cosa que fomentar de una manera demasiado trillada el efecto lacrimógeno, al espectador le hubiera bastado con que tras el plano de espaldas de Solomon en la calle frente a su casa, hubieran salido los créditos finales, se hubiera entendido igualmente y no se habría recurrido al recurso del efectismo buscando la lágrima, ¿una imposición del estudio? puede que sí o puede que no. Con esto no quiero que parezca que he cambiado de opinión con respecto a la película y el buen hacer de su director, simplemente creo que hubiera ganado aún más puntos habiéndose desarrollado de otra manera lo que he comentado o habiéndose suprimido directamente.

Si queremos comparar el tratamiento que en el film se realiza de la esclavitud un referente muy cercano en el tiempo con el que podemos compararlo es la última película de Quentin Tarantino Django Unchained, que data de 2012. Mientras que el film de Tarantino es una historia de venganza, sangrienta, con momentos de humor negro y absurdo, cierto desenfreno, cargada de diálogos y el tan común debate sobre si la violencia que muestra es gratuita o no, que acompaña a la filmografía del director de la gran mandíbula, en el film de McQueen encontramos un tratamiento mucho más realista, la violencia que muestra es cruda, aquí no hay lugar para el absurdo ni el humor ¿negro? El film de QT tira más hacia el género western y la blaxploitation, mientras que 12 Años de Esclavitud deja el western de lado por el drama puro, más en la línea de Mogambo, y abandona por completo al héroe negro de los films de bajo presupuesto de los 70, no vemos a Shaft ni a Truck Turner. Se nos muestra una película completamente diferente al Django tarantiniano, a pesar de que ambas compartan algunas localizaciones en sus respectivos rodajes.

El film de McQueen es más crudo cuanto menos cortes muestra, gracias al realismo que otorgan las tomas largas y los planos secuencia, que dejan al espectador agotado ante lo que está viendo.

El sonido tiene gran importancia en la cinta, y no es de extrañar pues el apartado sonoro es espectacular, los golpes, latigazos y demás duelen de solo oírlos, mostrándonos otra gran labor en la producción del film.

Por último, la película podría ser un tercer volumen dentro de la filmografía de McQueen, puesto que con sus dos anteriores obras podría formar una trilogía. No obstante, volviendo a los dos aspectos que cambiaría del film, espero y deseo que el director británico no ceda en más cosas ante los grandes estudios para futuras producciones, ya que ello puede llevar a una decadencia en su cine y en su particular estilo, que podría llevarlo en picado.

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